Páginas

Lo que pienso, lo que leo, lo que dicen, lo que deduzco e induzco, lo que imagino, lo que noto, lo que oigo, lo que veo, lo que sé y lo que no sé sobre la voz y la comunicación.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Sonríe con tu voz

3 razones para sonreír y una para no hacerlo


Frunce tu ceño, 
más, 
mucho más...

Pon cara de tremendamente furioso. 

¿Notas algo en tu cuello? 

Probablemente sientas algo parecido a un nudo en tu garganta, un cierre, un apretón. 

Ahora cambia poco a poco tu expresión y ve transformado tu cara en la imagen de la felicidad. 

¿Ha cambiado algo en tu cuello? Sí, ¿verdad? ¡Se ha ido el nudo!

Ahora prueba a mantener la cara de felicidad durante un buen rato y comprueba qué le pasa a tu cerebro. Seguro que ya lo harás experimentado en otras ocasiones, si te levantas feliz ese día parece que todo a tu alrededor también funciona mejor, y lo mismo al revés, los días que nos levantamos torcidos todo se va torciendo… Noooo, no es casualidad, ni magia, ni el karma, ni las fuerzas cósmicas interestelares ¡es nuestro cerebro!

La información que nuestros músculos proporcionan a nuestro cerebro es muy muy importante para él, por eso está dispuesto a adaptar toda su química interna a lo que los músculos le estén diciendo.  Además a los cerebros les gustan las películas realistas en las que todos los detalles cuajan con la historia, nada de surrealismo y mucho menos de absurdo. Así que para poder construirlas aplica un filtro de tal manera que lo que no cuadre se quede fuera. Si te levantas feliz, muscularmente feliz, los detalles que podrían enfurecerte te pasarán desapercibidos. Es así.


Somos unos copiones, “copiatas” dicen los muy jóvenes, de tal manera que si te has levantado torcido, por seguir con el ejemplo, pero te cruzas con alguien que se ha levantado feliz, es muy probable que puedas beneficiarte de su estado, aunque también puede pasar al revés…A todos nos resultan más atractivas las personas que transmiten alegría y resultar atractivo es tener la puerta abierta para comunicar, enseñar, transformar, convencer…

Sin embargo, si eres un profesional de la voz tendrás que aprender a transmitir esa alegría por medios distintos a la sonrisa, porque hablar sonriendo produce en tu voz algunos efectos que no son demasiado deseables.

Al sonreír tu resonador se hace más corto por lo que tu voz sonará más aguda. La sonrisa suele ir acompañada de una boca bastante cerrada, con lo cual las posibilidades de que tu voz viaje lejos se verán reducidas. E incluso tu dicción puede verse comprometida. Si mantienes la sonrisa durante todo tu discurso harás que tus oyentes piensen que no estás en lo que se supone deberías estar y le restarás valor a los contenidos.


Así que… ¿por qué no ensayas frente al espejo la sonrisa con otra partes de tu cuerpo?. Te aseguro que con los ojos, las cejas, la espalda, la forma de andar y los brazos también se puede sonreír.



Licencia de Creative Commons3000herzios by Carmen Acosta Pina is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 Unported License.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Sabes hacer con tu voz más de lo que crees

Si quieres ir a más : da un paso atrás



Cuando aprendemos una nueva habilidad pasamos por cuatro fases:

I. Al principio  somos inconscientemente incompetentes. Es decir, no tenemos ni idea de que no tenemos ni idea.
II. En cuanto nos acercamos a un nuevo conocimiento entramos en una fase dura porque de pronto nos damos cuenta de todo o que no sabemos hacer o no conocemos. Tomamos conciencia de que el campo o la habilidad que nos interesa adquirir es muy basto y que nos queda mucho por aprender. Es decir, nos volvemos conscientemente incompetentes. 
III. Conforme vamos adquiriendo conocimiento (que no es lo mismo que información) o empezando a desarrollar la nueva habilidad, logramos tener cierta competencia siempre y cuando tengamos todos nuestros recursos atenciones puestos en ello. Es decir, nos hemos transformado en conscientemente competentes. Sabemos hacerlo y nos damos cuenta de cómo lo estamos haciendo. 
IV. Pero todos aspiramos a desarrollar de tal manera esa nueva competencia que podamos ejercerla sin que absorba todos nuestros recursos mentales, es decir aspiramos a ser inconscientemente competentes. Y aún cuando no sea nuestra aspiración, la prática continuada de una actividad nos conduce a un olvido del cómo lo estamos haciendo. Por ejemplo, sabes anudarte los cordones del zapato, pero ¿podrías enumerar paso a paso las instrucciones para hacerlo?. Apuesto a que no.


Vayamos al aprendizaje del manejo y desarrollo de la voz.

Somos capaces de cantar imitando distintos estilos (rap, lírico, ), de copiar voces de lo más variado: de niño, de mujer, de bajo…, nuestros timbres se tiñen de emociones: transmitimos alegría, tristeza, ira… pero, en general, no tenemos ni idea de cómo lo estamos haciendo. Incluso es posible que ni siquiera te hayas planteado si puedes hacerlo o no. ¡Comprueba que sí!


Con nuestras voces somos inconscientemente competentes. Y eso está genial, pero como nos ha venido dada esa capacidad, no hemos hecho el recorrido por las fases anteriores de aprendizaje con lo cual no podemos por nosotros mismos volver a ellas.

Lo anterior no es ningún problema para la población en general, pero sí puede serlo para los profesionales de la voz, es decir para aquellos que necesitan tener el control sobre su voz porque la utilizan como herramienta  de trabajo: actores, formadores, abogados, mediadores…

Si como profesional necesitas que tu voz responda a tus necesidades, no es suficiente que puedas jugar con ella, sino que también precisarás saber cómo estás jugando. 

¿Para qué sirve saber cómo?

  • para poder hacerlo sin hacerte daño, ten en cuenta que ni por número de horas, ni por condiciones de uso, ni por exigencia, es equiparable el habla cotidiana al habla profesional. 
  • para poder hacer con seguridad lo que quieras con ella. Es decir con garantías de que tu voz va a obedecer a los matices que quieras darle.
  • para poder ampliar tus posibilidades. Solo conociendo todo lo que tu voz puede hacer puedes empezar a entrenar esas nuevas opciones.
  • para saber desprender de ella aquellos matices que no te interesa transmitir, por ejemplo. imagina que necesitas dar clase o impartir una conferencia o tienes un juicio, justo un día en el que por motivos personales te encuentras desanimado. ¿Quieres que tu voz transparente estado?. Seguro que no. 
  • Aprender a saber cómo te conduce a la fase III: conscientemente competente y cuando uno se sabe competente, los nervios o el miedo escénico pierden mucha fuerza.


Las herramientas que se utilizan en los entrenamientos  vocales  tienen como objetivo que logres esa competencia consciente.  



A la hora de seleccionar a tu entrenador pregunta qué tipo de recursos utiliza, porque a la larga sólo te serán  útiles aquellos que puedas manejar sin su ayuda.



Licencia de Creative Commons


3000herzios by Carmen Acosta Pina is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 Unported License.